El verano es época de disfrutar, desconectar y relajarse… ¡Pero no con nuestra salud bucodental durante estos meses del año experimentamos cambios en nuestros hábitos de vida y de higiene bucodental, además de en nuestra alimentación. Todo eso, sumado a las altas temperaturas, favorecen la aparición de bacterias en la boca que ayudan a la generación de patologías como la gingivitis o las caries, que a su vez suelen ser generadoras de hipersensibilidad dental y sangrado de encías, entre otros problemas.
Además, los días de buena climatología invitan a disfrutar de la calle, consumiéndose más bebidas carbonatadas y con alcohol, haciendo mella en nuestros dientes, que sufren y se desgastan más de lo normal. Así, es fundamental una generosa hidratación, hecho que nos va a ayudar a mantener un flujo de saliva óptimo, tanto en calidad como en cantidad. En este sentido, son recomendables alimentos muy hídricos, como las frutas, manzana en especial, consumiendo varias piezas de ellas al día, aunque sin olvidar también el triple cepillado diario y su ‘ritual’ para que sea efectivo. Es decir, si tomamos una naranja o un zumo, es recomendable hacer un enjuague bucal con agua para que el esmalte no quede dañado por el efecto de los cítricos.
Pequeños trucos que no nos costará esfuerzo realizar y nos aportarán protección en nuestra boca durante las vacaciones estivales. Y por supuesto, aunque nuestra actividad disminuya y nos liberemos de obligaciones, detalles como el uso del hilo dental o de colutorios adecuados para nuestra boca son igualmente importantes, además de que su uso hará que a la vuelta de vacaciones no nos cueste trabajo retomar la rutina.
Aún así, estaremos encantados de recibirte en nuestras clínicas dentales después del verano y, esperemos, comprobar que todo sigue a la perfección.